Al mismo tiempo que la campaña de excavación, a partir del año 2017 se han venido realizado prospecciones topográficas intensivas en la ciudad y su territorio, en un área que se extiende entre los actuales municipios de Frascati, Monte Porzio Catone, Grottaferrata, Monte Compatri y Rocca Priora.

El primer año los trabajos de campo se llevaron a cabo en colaboración con el Grupo de Investigación en Arqueología de la Universidad de Murcia y se centraron en el área arqueológica y sus inmediatos alrededores: la parte superior de la colina, entre el foro y el santuario extraurbano; la vertiente meridional de la colina; la planicie extraurbana que se encuentra al sur de la ciudad.

Las campañas de prospección de 2018 y 2019 fueron realizadas en colaboración con el Dipartimento di Scienze dell’Antichità de la Sapienza Università di Roma, en base a un acuerdo científico cuyo objetivo es el de realizar investigaciones en el campo de la arqueología y la topografía de la guerra en el Lacio en época medieval. Las prospecciones se han concentrado sobre la vertiente septentrional, oriental y occidental del relieve tusculano, con el objetivo de investigar la movilidad principal y secundaria de acceso a Tusculum en su diacronia. La voluntad de “salir” fuera de la muralla de la ciudad ha permitido contextualizar y también indagar límites, movilidad, sistemas de infraestructuras y las numerosas evidencias arqueológicas relevantes encontradas pertenecientes a villae romanas, sistemas de almacenamiento y distribución de agua, evidencias rupestres o cuevas, etc. El enfoque diacrónico, en cambio, ha permitido investigar aspectos como la continuidad y discontinuidad de estos elementos y cuestionar las razones que, a medida que cambia la fase histórica considerada, pueden haber motivado el abandono o la reutilización y la asignación de nuevas funciones a algunos de estos espacios.

Tres han sido las tareas principales llevadas a cabo durante las campañas de prospecciones topográficas: la recopilación y digitalización del material cartográfico e histórico existente (p.e. las informaciones extrapoladas de los estudios sobre el ager tusculanus realizados por Giuseppe y Francesco Tomassetti, Rodolfo Lanciani, Thomas Ashby, Lorenzo Quilici y Stefania Quilici Gigli, Massimiliano Valenti); las investigaciones topográficas en el campo; la elaboración de los datos recopilados, su informatización e importación en la plataforma SIG (Quantum Gis) de los puntos GPS tomados en el campo.

La existencia de una rica bibliografía de estudio existente sobre el territorio y la generosa colaboración ofrecida por los voluntarios del Gruppo Archeologico Latino «Latium Vetus» permitió que el grupo de investigación procediera de manera rápida y sistemática, a pesar de las dificultades que presenta la morfología y la flora del terreno.

Los resultados de estas prospecciones han sido:

  • Una serie de fichas elaboradas directamente en el campo, que sirvieron para dividir el territorio en unidades de reconocimiento (UR), unidades territoriales (UT) y, de ser necesario, unidades estratigráficas murarias (USM);
  • Una serie de puntos GPS relativos (con un grado de precisión explicitado caso por caso) a todas las evidencias arqueológicas encontradas sobre el territorio, de las que se obtuvieron sus coordinadas absolutas;
  • Un GIS dentro del cual han confluido todos los puntos recogidos en el área y archivados en el campo.

El SIG en particular se encontró como una herramienta útil que, desde las primeras etapas, permitió comparar los puntos recolectados en el área con los considerados en estudios anteriores, proporcionando información importante sobre el estado de conservación (o no) de la evidencia descrita en ocasiones, incluso hace más de cien años. La posibilidad de georreferenciar mapas más o menos antiguos también ha permitido recuperar información valiosa sobre un paisaje que ahora ha desaparecido debido a la expansión urbana de la segunda mitad del siglo pasado.

Para el futuro, se pretende proyectar una implementación progresiva de la utilización del SIG, que constituye una base de trabajo imprescindible para poder organizar la gran cantidad de información de archivo que se posee en este territorio, integrándola así con los resultados futuros que surgirán de las campañas de reconocimiento, campañas de excavación y rescate.